No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Hay un lenguaje que no utiliza palabras, hay un destello más
que revelador en nuestro semblante que dice cómo nos encontramos. Todo lo que
interiormente hay en una persona se irradia por los sus ojos que son el reflejo
de su alma, y es tan revelador que por más que lo intentemos no se puede
maquillar con nada.
Así que será inútil
explicar con mil palabras lo que te sucede a quien no sabe comprender los
silencios, o a quién es incapaz de ver lo que hay tras una mirada.
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