No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
La gran mayoría de personas tiene gran dificultad para
concentrarse en el presente; siempre se está pensando en lo que hizo, en cómo
pudo hacerlo mejor, en por qué dijo aquello, en cómo se sintió. Son
recapituladores, siempre limpiando pensamientos, actitudes, hasta que no queden
nudos en su corazón y sobre todo rencores o recuerdos que sanar. A estas
personas les cuesta muchísimo vivir el presente y saltan continuamente del
pasado al futuro con facilidad preocupándose por lo que les deparará la vida a
ellos, a sus familiares, pensando cómo estará,
que peligro puede haber… con qué se encontrará, cómo conseguir lo que ha
soñado.
El pasado y el futuro sólo existen en la memoria, pero es el
momento presente lo que hará que cambie todo, la perspectiva del pasado y las miras del futuro.
Tienes que salir de esos saltos del tiempo; pasado, futuro y
comenzar a experimentar porque sólo en este momento se crea y se destruye todo.
Basta de examinar, analizar y repetir siempre
la misma lección sin cambiar una pizca , sin atreverse a vivir de verdad.
Visita
tu alma, vístela de bendiciones y atrae toda la luz que puedas hacia tus
células en vez de revivir tu pasado con añoranza y juicio, o proyectar incertidumbre y temor
al futuro.
©Luhema
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