No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
DEJA DE SER INVISIBLE. SAL A LA LUZ.
Recuerdo que de niña decía; me encantaría colarme en lugares para observar sin ser vista… ¡Ser invisible!
Pero lo cierto es que, ¿cuántas veces nos hubiera gustado hacernos invisibles por mil motivos distintos verdad?
Hace poquito os hable de las personas altamente sensibles, pues bien, muchas de estas personas se cubren y protegen con esta capa de invisibilidad porque son demasiado perceptivos, porque temen ser lastimados y prefieren vivir en la sombra por ese mismo temor a ser heridos o simplemente porque la costumbre les ha hecho sentirse más cómodos en un segundo o tercer plano. Seguro que conoces a alguna persona así.
Todo comienza desde el núcleo familiar y tiene mucho que ver con lo que estas personas sienten para que ellas mismas decidan hacerse invisibles tanto para la familia, como en cualquier ámbito que tenga que ver con las relaciones humanas.
Normalmente todo comienza sutilmente, con un comentario, con actitudes de menosprecio, con la indiferencia o con frases como; “Tú permanece en silencio” o “de nada sirve que lo intentes” , estas personas sensibles cuando no las dejan expresarse, cuando intentan brillar con sus dones y alguien les insiste en que no pueden ser capaces de ello, reaccionan de dos formas distintas, bien les refuerza y persiguen su objetivo con más intensidad, o bien se encojen por decirlo de una forma más gráfica e inconscientemente van velándose, ocultándose en su luz .
Las personas sensibles son hábiles en ir y vivir su mundo interno, bucear en él, pero no podemos olvidarnos que este estado de invisibilidad lastima al alma, pues todos y cada uno de nosotros hemos venido a mostrar ampliamente nuestras capacidades y nuestros dones sobretodo tú, ángel humano.
La invisibilidad puede inducir al sinónimo de persona solitaria, y sé que muchas veces este tipo de personas han querido mostrarse, por ejemplo en una cena familiar, dentro de un grupo gente, pero terminan desistiendo porque carecen del magnetismo para atraer la atención y además hay siempre otros que sobresalen y ante esto no saben cómo reaccionar intimidándose y volviendo a su estado de confort que es, la invisibilidad.
Las personas que pasan desapercibidas, suelen ser muy cautelosas porque sus memorias inconscientes siempre están el en primera línea recordándoles los juicios injustos y prefieren silenciarse que darse a conocer, saben que forma parte del plan, pero prefieren pasar inadvertidos sin implicarse.
Esto es importante; cuando se es invisible durante mucho tiempo uno no puede llegar ni a verse a sí mismo, ni puede reconocer su propia esencia, se desvincula de su autenticidad.
La persona que es invisible y toma conciencia de esa actitud suele sentirse contrariada, confusa y desolada, porque en el fondo, aunque sea muy en el fondo tiene una necesidad de mostrarse.
Así que yo te incito a que si eres invisible para muchos, no lo seas para ti y comienza a creer en ti, en tu luz. ¡Exprésate, brilla!
¡Tú lo necesitas, pero el mundo lo está esperando!
Date el permiso porque tienes la habilidad de la sensibilidad y es una pena que te acurruques en tu nido a oscuras para que no te encuentren.
¡Sal a la luz!
Si has sido en algún momento de tu vida invisible para los demás
preguntate ¿ Lo he querido yo?
¿Me ha venido bien el serlo?
¿Y si me he sentido incomoda con esta postura, por qué sigo permitiéndolo?
Nunca te sientas inferior,
Nunca estás de más
Tu presencia es importante.
Puede que no tengas la misma elocuencia que otros , el mismo magnetismo o don de gentes etc… Pero tienes otros tesoros ocultos que merecen mucho la pena.
Cada persona es única en su talento, en su don. Valora tus talentos así que no te ocultes, no te escondas , no temas y muéstrate tal y conforme eres porque eres bello, eres bella por naturaleza
©Luhema
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