No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Foto utilizada en la contraportada de mi libro LA SENDA DE LA MÁGICA LUZ.
Si una cosa me llamó la atención fue cuando vi caminar a unas mujeres africanas que se dirigían hacia un mercado próximo. No porque vistieran de alta costura, no porque calzaran zapatos de marca, o llevaran bolsos caros, y os preguntaréis porqué.
La verdad es que me hipnotizó la elegancia, la soltura, el paso firme y la realeza humilde de sus pasos. Y es que en la vida podemos caminar de muchas formas distintas…Nuestro caminar dice mucho de nosotros.
Podemos caminar conscientes. Podemos caminar con predisposición, podemos caminar con coraje, con apoyo, podemos caminar descalzos, desnudos, atentos, relajados, amorosos, cabreados… Y tenemos que saber que según es nuestro caminar, generamos un movimiento que produce unas ondas de forma que describen a la perfección cual es nuestro estado físico, anímico, pero más importante el estado del alma.
Os puede parecer una tontería, pero hasta este simple acto; el de caminar, dice mucho de nosotros y de cómo nos afectan las cosas, de cuál es nuestra actitud ante la vida, de cómo nos sentimos, si somos prisioneros de las preocupaciones etc... Porque cuando caminamos conscientes, podemos percibir nuestros pasos con el roce del asfalto o de la tierra, podemos hacernos conscientes de los latidos de nuestro corazón, de la respiración, podemos hacernos conscientes del entorno y vivirlo con otra perspectiva, podemos percibir los pequeños detalles que están a nuestro alrededor y, caminar se convierte entonces en un bálsamo que nos nutre y enriquece. Pero como nos distraen tantas cosas, vamos tan acelerados sin fijarnos en el lenguaje corporal que nos habla, creemos que caminar, es caminar, llegar a un lugar y ya está.
Cuando caminamos con coraje, lo hacemos desde la firmeza, abriéndonos a la vida, haciendo de tu caminar un ejemplo de vida.
Cuando caminamos con determinación, caminamos porque tenemos las cosas muy claras, creemos en nuestras convicciones, en nuestros principios.
Cuando caminamos con amor, caminamos con el corazón abierto, sintiendo amor por la vida, sintiendo amor por la naturaleza, caminamos siendo luz, iluminando el camino para no perderse, para ver por dónde vas. Cuando caminamos con luz simplemente somos como las luciérnagas que van dejando a su paso un haz de luz en el que la oscuridad se disipa y se ilumina la noche, se llena de nuevos sueños y esperanzas y, quizá nuestros pasos de luz sirvan para que otros puedan ver “la senda de la mágica luz”.
En realidad caminar descalzos, descalzos para sentir nuestro contacto con la Tierra, caminar con desnudez y abandonarte a las sensaciones, caminar ligero de equipaje, de ropajes pesados, caminar relajados, descansados para contemplar la belleza de las cosas de la vida, de las personas, caminar abiertos para que todos nuestros sentidos puedan recoger la información dejándonos acariciar por ellos, caminar responsables, caminar con una sonrisa interior, caminar con respeto, nos sirve para conectar con la Tierra, con nuestro cuerpo, con el momento presente, es una manera activa de meditar, de extraer la esencia de la vida a través de tus pasos.
Este caminar del que te hablo no sirve para llegar a ningún lugar más que a ser consciente de tus pasos por la vida.
Ahora cuando salgas a la calle, cuando camines, recuerda que tu forma de andar dice mucho de tu ser interno. Y si puedes, pasa a la acción, anda sintiendo cualquiera de estas formas de caminar, seguro que te llenaras de “energía de plena consciencia y tu visión de la vida cambiará” porque con cada paso tocas la vida, sientes la vida.
Camina de manera que toques la vida con todo tu ser, con todo tu cuerpo y con tu plena conciencia. Puedes poner tu atención en la planta del pie y caminar como si abrazaras la tierra con las plantas de tus pies.
Así que recuerda; Estar vivo, estar caminando sobre esta tierra, es un milagro.
Que cada uno de tus pasos deje una huella.
Que cada uno de tus pasos desprenda alegría y serenidad de espíritu.
Camina consciente porque la Tierra es sagrada.
©Luhema
Toma mi mano.
Caminaremos.
No haremos nada más que caminar.
Disfrutaremos de nuestro caminar
Sin pensar en llegar a ninguna parte.
Camina en paz.
Camina con felicidad.
Nuestra marcha es una marcha de paz.
Nuestra marcha es una marcha de felicidad
Después aprendemos
Que no hay marcha de paz;
Que la paz es la marcha;
Que no hay marcha de felicidad
Que la felicidad es la marcha.
Caminamos para nosotros mismos.
Caminamos para cada uno
Siempre cogidos de la mano.
Camina y toca la paz en cada instante.
Camina y toca la felicidad en cada instante.
Cada paso trae una fresca brisa.
A cada paso una flor se abre bajo nuestros pies.
Abraza la Tierra con tus pies.
Estampa tu amor y tu felicidad sobre la Tierra.
Cuando nos sintamos suficientemente seguros
La tierra estará a salvo.
El espíritu se pierde
El espíritu se pierde en mil y un pensamientos
Pero yo camino en paz
Sobre este bello sendero
A cada paso sopla un viento ligero
A cada paso se abre una flor
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