No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Seguro que mi suerte cambia.
“Seguro que mi suerte cambia”, esto suele decir la persona pesimista o la que cree que nunca le pueden ir bien las cosas.
Estar viviendo una racha de felicidad o de que las cosas marchen “viento en popa” siempre genera en algunas personas con falta de autoestima la posibilidad de que en un momento determinado las cosas cambien radicalmente, por lo tanto se activa esa voz interior en la que se escucha que bien; “no se merece lo que se tiene”. O invade la desconfianza, “veremos cuanto dura esta racha” o el recelo; después de una felicidad viene una infelicidad. Frases todas ellas montadas en arquetipos de miedo, inseguridad, falta de amor y confianza en la vida.
Cuando nuestra alta-estima está tocada por la inseguridad y el miedo ocurre esto, nos asombramos de estar viviendo algo bueno y generamos en nuestra mente que no es lo normal, y que es seguro que la suerte cambia en un momento u otro.
Lo que se necesita en estos casos es coraje, sí, coraje de tolerar el momento de felicidad sin sabotearnos a nosotros mismos, y que la felicidad no debe desaparecer.
Sí pueden cambiar los condicionantes de la vida ya que ésta siempre está en continuo movimiento, pero la felicidad nada tiene que ver con las buenas o malas rachas.Pero esto es otro tema…
Vivir momentos agradables no significa que también que se tengan que vivir con la misma intensidad momentos desagradables. Todo el grado de intensidad siempre es generado por la mente, y para cambiar este ritmo es necesario enfrentarse con esas voces destructivas y emplearlas como un dialogo interno y, desafiarlas poniéndolas en duda…, veréis como cambia la perspectiva de la realidad que se está viviendo y se acrecienta la autoestima.
Sé generoso contigo mismo y vive plenamente los momentos de felicidad sin pensar en nada más.
©LUHEMA
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