No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
No me extraña nada lo que estamos viviendo. «El final del tiempo» que no el fin del mundo, ¡esto está más que claro!, ya lo decían los Mayas y en cierta medida ya hace un tiempo que así lo siento.
No quiero dar una visión catastrofista o negativa, pero sí que estoy haciendo una reflexión de todo aquello que observo y que en cierta medida está afectando a las personas, a sus emociones, a la convivencia, en realidad a la vida misma.
Primero quiero apuntar que, nada de lo ocurre en este mundo es casual, y esto debiéramos todos tenerlo muy clarito y, como bien dice el señor Salvador Freixedo «Quienes manejan los hilos saben dónde hay que tensar la cuerda para crear disensión». Como ejemplo;- la corrupción política, la especulación, la crispación ciudadana, el terrorismo, la violencia de género, la aporofobia, el des-control educacional, la crisis económica, el cambio climático, y suma y sigue. No pinta muy bien ¿verdad? A lo que como respuesta «acción – reacción», nuestro planeta responde.
Huracanes y Tsunamis, igual a ciclones emocionales.
Terremotos, igual a inestabilidad y desajustes, crispación y ruptura.
Erupciones volcánicas igual a ira contenida, fuego interno en ebullición.
¿Es un golpe a la humanidad, o es que el exterior es reflejo del interior? Pensemos en esto, porque hay un estado colectivo de consciencia de toda la humanidad, y la Tierra, nuestro planeta, no es indiferente, la Tierra tiene consciencia.
Es más que lógico que todos sintamos tensión acumulada por la cantidad de injusticias y cerrazón que estamos soportando y eso degenera en cansancio y agresividad, en personas hastiadas de la vida, aburridas o muy enojadas, o en personas que se dejan llevar por la vida sin más o rogando que nada perturbe sus anodinas, hipotecadas o desgastadas vidas.
Hay personas que se niegan a sentir y cierran su corazón, es normal, porque hay tanto dolor, tanta violencia, tanta toxicidad psicoemocional, tanta injusticia, que la gente más sensible entra en estados de abatimiento, colapso y desesperación. Pero hay verdaderos guerreros que intentan con su actitud cambiar aquello que no les gusta en sus vidas porque no podemos perder de vista que lo que crees, creas.
En este artículo simplemente quiero poner en primer plano, ciertos comportamientos, los más próximos, los más cercanos, con los que nos podemos topar cualquiera de nosotros y que se rigen por actitudes negativas que pasan desapercibidas pero que se han apoderado de la humanidad y que son profundamente egoístas e insolidarias, pero no para ti que las sufres, sino también para el que las acomete. Y lo hago precisamente para que seamos conscientes que esto baja la vibración mermando tu energía.
*El ejemplo de: APÁRTATE TÚ!... ¿No os ha pasado, ir por la calle y, como si imantaras a todas las personas? Debes ir esquivándolos para que otros no te embistan y, ellos, sin hacer el mínimo esfuerzo de apartar el brazo o el bolso para que no te den. ¡Qué va,… apártate tú!
*Siguiente ejemplo: MI COMODIDAD; Cada vez en más ocasiones dejo el coche aparcado y cojo el autobús, y bueno aquí comienza la historia. Cuando hay asientos encarados, las personas y más aún la gente adolescente, pone sus pies en el asiento de enfrente como si fuera un reposapiés ,( y que conste que no tengo nada contra los adolescentes , los hay maravillosos),y se ensimisman en el i-phone, tanto que aunque haya gente que necesitaría sentarse, no renuncian a su comodidad, y además sin pensar que ensucian el asiento y después otras personas pueden mancharse. Les da igual, no empatizan, y no les digas nada porque parece ser que tú te metes donde no te llaman o eres un intolerante o un «carca».
* AHÍ DEJO EL PASTEL. Y si hablamos de mascotas o perritos, siguen habiendo inconscientes que continúan sin recoger los excrementos y se hacen los locos cuando les llamas la atención.
*MIRA POR DÓNDE VAS. Un día iba conduciendo y cruzó tan pancha una mujer que andaba con la mirada fija en su teléfono y, ni corta ni perezosa, se paró en medio de la calzada, pensaría que estaba en la acera, no sé. Toqué el claxon para avisarla y se puso hecha una fiera conmigo…
*NI CUENTA QUE ME DOY . O los que se plantan delante de las escaleras mecánicas o en puertas de entrada de un centro comercial mientras intentas buscar un espacio para poder pasar, y amablemente les dices ¿por favor se pueden hacer a un lado? Algunas veces solo se queda con unas miraditas y se apartan, claro está, has molestado su interesantísima conversación. Otras se sienten ofendidos y hasta te dicen que tienes mala leche… Y podría dar más ejemplos…
En fin, signos de decadencia de una sociedad ensimismada en sus nubes mentales que prefiere verse su propio ombligo, y que siempre quiere llevar la razón.
Estos son pequeñísimos ejemplos de la vida cotidiana, que seguro has vivenciado tú también, que incluso no les has dado importancia pero que son el reflejo de cómo está la sociedad, de cómo se siente de irritada, de infeliz y, me duele.
Sé consciente y; «No le hagas a nadie aquello que no te gustaría que te hiciesen a ti».
Por mi parte seguiré siendo tolerante, diciendo las cosas con amabilidad, apartándome para no recibir encontronazos, y meditando y elevando mi vibración porque sé que eso cambia mucho la vida y el entorno. En la medida que seamos conscientes de nuestros ciclos emocionales subsanaremos en parte este «caos».
Nuestras acciones interactúan con el ambiente ya sea para bien o para mal y estos generan respuestas que acaban afectándonos a todos.
Pero como siempre y es ley universal, debe haber un equilibrio, comienzan a verse signos de personas que actúan con consciencia y que son ángeles humanos aportando felicidad a los que les rodean… (Igual que he puesto estos ejemplos un tanto intolerantes, en otro artículo escribiré sobre las personas sencillas que me he ido encontrando por el camino y que son ejemplo de vida)
© Luhema
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