No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
UNA PARTICULAR VISIÓN SOBRE LAS TERAPIAS DE GRUPO.
¿Sirve de algo encontrarse con personas que tienen el mismo patrón de sufrimiento?
Iniciemos un diálogo con nuestros sentimientos y nuestros pensamientos, esos que muchas veces retumban en nuestra mente queriendo llamarnos la atención. ¿Sirve de algo encontrarse con personas que tienen el mismo patrón de sufrimiento?
Son muchas las personas que en vez de entablar ese diálogo o escuchar lo que interiormente siente, buscan a grupos, amigos, amigas que compartan los mismos problemas o tengan o hayan sufrido los mismos o parecidos traumas emocionales. Esta clase de relaciones, suelen hacer que uno se sienta mejor por el simple hecho de saber que no eres tú solo el que está pasando por esa situación dolorosa, y sirve de alivio para la mente y para el espíritu, cómo no. Pero como siempre, hay un “pero” añadido en este tipo de relaciones fundamentadas en la afinidad del dolor.
Esta clase de amigas o amigos suele casi siempre utilizar su estado de víctima para reconfortar a la otra persona, de manera que se entra en un juego laberíntico, en un estado de trampa para la mente, un narcótico que produce aletargamiento en el mejor de los casos, consiguiendo con ello que se pierda el instinto de conexión con las necesidades de nuestra alma y, tarde o temprano esa herida vuelve a sangrar.
Sé que hay muchísimas personas que acuden a terapias en las que se trata el duelo, el dolor, las adicciones y, sirven de mucho, tanto si las lesiones fueron por llevar un estilo de vida disipado, si fueron por ideas o, fuere por lo que fuere que se perdió el contacto con uno mismo.
Bajo mi punto de vista, conviene abrirse paso desde ese instinto de supervivencia y recuperarlo, el hecho de contar como te sientes te desahogará, aunque no te dará el impulso para ir al encuentro de tu vida esencial. Puede ser una buena iniciativa pero llena de peligros y trampas dentro de una cultura analítica que poco tiene que ver con la sincera y verdadera ayuda. Muchas veces lo colectivo ejerce una presión que desencadena en más dolor. Es la sombra de la sombra, es como refugiarse tras la propia sombra.
Puede que esto que acabo de decir a muchas personas no les guste, pero preferiría antes de recelar que lo meditarais.
Los grupos de autoayuda con personas que sufren de los mismos males es positiva en una primera fase, pero una persona que está angustiada está sumida en su propia cautividad y para ayudarla hay que saber lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer y eso es muy complicado si no se tiene una integridad y unos sanos límites.
Voy a atreverme señalando una de las posibles salidas, claro está, no digo que sea la solución, si la tuviera desde luego sería el no-va-más, pero dejo aquí y desde mi sentir lo que he podido observar al escuchar a personas y vivenciar casos reales de patrones de sufrimiento, y uno de los remedios es el de la importancia de la observación , la escucha, la percepción de lo que le rodea a uno, la sutileza de los detalles, la apreciación de los ciclos vitales de la naturaleza, comprender desde los adentros que la condición del ser humano es estar continuamente cambiando, nunca permanece inmóvil , el cuerpo inhala y exhala, nace y muere cada día, que los motivos de preocupación obsesiva llevan al desequilibrio y éste empequeñece a la persona hasta tal punto que lo limita dentro de un entorno en el que apenas puede encontrarse. Y sobre todo es importante salir del patrón del sufrimiento de la mano de personas que no se apoyen en su dolor como ejemplo, sino en el coraje justo para volver a nutrirse desde la integridad del ser.
Uno de mis recuerdos ancestrales y que quiero contaros es la forma en la que se asistía a una persona que se perdía dentro de su propia vida por ejemplo, cuando mostraba poco interés por las cosas del mundo, cuando descuidaba su templo sagrado, su cuerpo, cuando no había una armonía entre el cuerpo la mente y el espíritu o cuando no asimilaba lo que estaba pasando y eso degeneraba en cualquier adhesión, fuera adicción física, como psíquica. Entonces se le invitaba a la sala de muerte/renacimiento, en la que se reunía con personas de ambos sexos para que el equilibrio de las polaridades trabajara por igual, personas sanas, íntegras y conscientes de todas las edades. En esa sala desde las parejas de bebés, el niño y niña, los adolescentes, los adultos y los ancianos hombre y mujer, junto con otras entidades de luz hacían un trabajo específico de re-estructuración de la esencia de la persona que había perdido su poder, de manera que recobraba su recuerdo y su ser completo restablecía el sentido de su existencia.
Así que te invito a que recuperes tu fuerza, que te agarres fuerte a la vida, persiste en volverte a encontrar, no importa el tiempo que tardes, importa que no desistas y que sigas con tesón, te espera una recompensa cuando llegues a esa meta y entonces comprenderás, comprenderás el porqué y el para qué, y será en ese momento cuando sonreirás a la vida desde lo más profundo de tu corazón.
Quizá algún día se vuelvan a llevar a cabo este tipo de sanaciones integrales, todo depende del nivel de conciencia que alcancemos
LUHEMA
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