No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
LA CLAVE, LIBÉRATE DEL SUFRIMIENTO
Un cambio de actitud, lo cambia todo, porque en ese espacio de acción eres tú el que decide. Y decide sufrir o amar, amarse.
Así que, ¿por qué no decidir dejar de atormentarse o sufrir por algo que no está en tu mano el poder arreglar?
Sé que es difícil porque a ti te gustaría que las cosas no fuesen de ese modo, pero no todo se puede arreglar de la forma en que quisieras, hay que dar tiempo al tiempo para comprender y digo bien “comprender” con toda la amplitud de la palabra.
Lo único que puedo decir es, que el cambio de actitud ante ti mismo te rescatará de las tristezas, porque sé seguro que estás cansado de ser tú el que siempre sufre por darle vueltas a un asunto y enroscarte entre los laberintos que crea la mente y, no por ello se modifica una situación, al contrario, se crean energías de rebote que desequilibran más tu vida enganchándote a emociones de lástima y de pena que poco te ayudarán.
Evita dejar de engañarte y toma consciencia de ese asunto y de lo que te produce esa actitud que tienes hacia ti mismo. Quizá solo dependa de no hinchar más ese estado, quizá se trate de expresar con suavidad , sin intimar, sin juzgar , sin manipular ni tensar demasiado una situación. Quizá solo dependa de tomar determinaciones, (alejarte, distanciante silenciarte), quizá solo dependa de confiar con serenidad en el espíritu para que encuentre las soluciones, las sincronicidades que ayuden a encender la luz en la oscuridad. Quizá tengamos que comprender cómo se siente el otro. Habrá que insistir en deshinchar el ego y para ello ni la debilidad, ni el victimismo, ni el miedo sirve.
Recuerda que nadie es culpable de nada, estamos viviendo para experimentar y eso es lo que hacemos. La culpa es la clave de toda desarmonía. Pon luz y conciencia en todas tus oscuridades.
© Luhema
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