No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Hay personas tan
dolidas, tan heridas o que no han podido superar una situación traumática que
van armados con
cuchillos emocionales de doble filo en su misma boca, y todo proviene de
su enojo, ya que éste si no se eleva a
la conciencia se vuelve contra uno, se hace inconsciente e irrespetuoso con uno
mismo y por consiguiente con los demás. La frialdad les corta las alas, les
endurece el corazón y naturalmente tienen un grave conflicto interior.
A todos los que en
algún momento de su vida portan cuchillos emocionales de doble filo:
Entiende que yo no soy tu enemigo. Eres tú mismo. Es ese
sentimiento del pasado que no has podido sanar el que te está enfureciendo, el
que te lleva a lo más denso.
Comprende que no ganas nada con tu ofensa, porque no me ofendes, sino todo lo contrario te
lastimas más.
Sólo podrás hacerme daño, claro está; si yo me dejo, si bajo
las defensas. Y puede que así sea en
alguna ocasión o, si entro en el juego de los egos sintiéndome víctima u otra
cosa parecida, pero ¿qué sacas con eso? … ¿Te sientes bien o por el contrario,
sientes la misma desdicha o vacío?
Ante una ofensa, insulto o agravio, el que no va armado con
cuchillo de doble filo no autoriza la lucha a un plano físico, ni mental, ni
espiritual. El que no va armado conoce su propia fuerza y esta no reside en
hacer sentir mal a una persona, o en devolverle la ofensa porque conoce las
leyes universales, porque no está en su naturaleza obrar de ese modo, porque
conoce el poder de las palabras y percibe las heridas del alma.
Sí, muchas veces recibimos
golpes inesperados, injustos.
Lloramos, descansamos para recuperar energías, elevamos nuestro
sufrimiento, pero antes de sentirse débil o intimidado, una persona que vive su
luz, consigue llegar a su corazón y se enfoca en lo que verdaderamente es. Y
sólo, y si es necesario te dirá su verdad haciéndote ver que esa es una batalla
perdida que no conlleva ningún beneficio.
©LUHEMA
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