No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Y si te dijera que vas a tener que estar conviviendo
muchísimo tiempo, casi diría yo, toda una eternidad con el que
consideras tu enemigo, ¿qué harías? Y precisamente no tiene por qué ser otra
persona… Recapacita. ¿Quizá el enemigo más próximo a ti seas tú mismo, tus pensamientos, tus miedos…, no
sé? Piensa en ello.
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