No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
…abrí la puerta y allí
estaba. Me miró como nadie lo hizo antes y sus ojos vidriados por la emoción lo
dijeron todo, no hizo falta nada, ni palabras, ni reproches, ni dimes ni diretes.
Nada. Y entonces entendí, vi todo lo que cargaba su mochila; demasiada
tristeza, y aun después de todo lo sucedido, vi su alma transparente tras la sonrisa.
Nada pregunté…, sólo abrí mi corazón y mis brazos y supo que ahí estaba, fue suficiente para que su alma y, también la
mía, se sintiera reconfortada y entonces por inercia o por necesidad, no sé, cogí
su mano y la llevé a mi corazón… y el
dolor de ambos salió en forma de lágrimas sucediendo lo que tenía que suceder. Sincronizamos
nuestros corazones. Sanamos nuestras almas. Y por fin en ese eterno segundo ninguno de los
dos quiso escapar, nada externo nos hizo
dudar el uno del otro, ninguno de los dos temió. Sentimos al unísono nuestros
corazones…
¿Qué nos une o nos desune con las demás personas?- Unos pueden decir; los
ideales, otros, la forma de pensar, las aficiones, la empatía que sentimos… Y
yo digo que: “Nos unen más cosas que las
que nos separan” . Pero hay algo que va
más allá de todo esto y que es eterno, un átomo de existencia, un espejo en el
que nos vemos reflejados, la misma semilla cósmica en la que está la esencia de
la vida y del amor. Venimos de la misma
fuente.
…Salvo al médico, pocas
veces hemos dejado que otra persona sienta nuestro latido del corazón, que ese
ritmo penetre a través del tacto de una mano reposada en nuestro centro de
vida, y muy pocas veces nos hemos abierto a la sensación de percibir lo que
otro corazón delata tras su ritmo.
Tal vez, y sólo tal vez algunos amantes tienen la capacidad de “desnudarse” ante la
otra persona antes de adentrarse en el éxtasis
del amor y sincronicen sus corazones
para experimentar el sexo más sagrado. Cuando esto se hace los velos de lo superficial
caen, los roles femenino masculino se equilibran y comienza la danza perpetua
de la vida.
Cuando dos corazones se sincronizan el tiempo se para y las
almas se entrelazan.
Cuando los corazones se sincronizan, dejas que salga el Sol
desde tu pecho.
Cuando dos corazones se sincronizan se hace el milagro…
Cuando alguien se siente cansado, hastiado de la vida,
deprimido e inclusive enojado es porque su corazón se ha des sincronizado de la
vida y necesita recuperar su frecuencia.
Sintonicemos nuestros corazones para no perder la humanidad.
Sincronicemos nuestros corazones para no sentirnos tan
solos.
Sincronicemos nuestros corazones para que las almas hablen
de cómo se sienten.
Sincronicemos los corazones para poder vernos a través de
nuestros ojos más antiguos.
Pero primero, permite sentir el sonido que tú emites, el de
tu propio corazón y no te alejes tanto de él porque es el pulso que te mantiene
vivo, unido a los demás y a esta existencia.
©Luhema
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