No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
¿Sabías una cosa? Escucho un sonido que viene de ti, pero también el sonido, la frecuencia que tiene todo lo que existe en la materia.
Si te paras a escuchar puede que oigas esa melodía que viene de todas partes y que tú también emites. Quizá lo sientas flojito, bajito, pero está ahí.
Agudiza tu oído porque ahí está la clave de muchas respuestas.
¿Sabías que cuándo el sonido de cada acto o pensamiento no coincide con tu propio sonido o esencia estás desafinando?
¿Sabías que cuando desafinas no puedes encontrar paz?
¿Sabías que cuando tu sonido difiere de lo que eres tú no puedes ser feliz y te apagas?.
¿Sabías que cuando emites una nota discordante estás desarmonizándote a nivel celular y estás enfermando?
Encuentra tu nota, tu frecuencia y poténciala para crear la más bella armonía que resuene desde tu templo interior.
©Luhema
A cada golpe de tambor me acerco más a ti. Con cada retumbe
de tambor presiento más tu presencia, y así como sin querer ya estás en mí…
Entonces me vuelvo instintiva, ancestral, conectada a "la tierra viva", mis pies
desnudos en contacto con la arena echa raíces y, absorbo tu esencia.
No todo es oscuro en la noche, el mismo frío detiene la
engañosa temperatura del apego. Y así como por arte de magia me voy soltando,
mi cuerpo se vuelve ligero y adquiere una fuerza suprema…
Me contagio del poder
de la ceremonia del sonido, me estremezco al sentir que esa cadencia es luz, es
magia, son historias que se despliegan en la noche mecidas por las estrellas, que se deslizan entre los impulsos del corazón hasta las mismas puntas de los
dedos que golpean mi tambor transformándose en historia real y viva que
danzo esta noche.
Dejo pasar las simulaciones de la mente para que lo real
cobre fuerza y sigo cantando, danzando tocando el tambor y así no cesa el sonido que baja de las estrellas y sube
de la arena y cruza mi corazón trenzando la elegancia armónica en el tapiz de vida.
©Luhema
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