No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
He oído infinidad de veces que ningún muerto ha venido a decir como está tras el telón de la muerte, pero en realidad ningún muerto está muerto, sólo ha cambiado el traje.
¿Qué hay tras la muerte? Este es un tema que nos causa mucho respeto, a otros les produce pavor el pensarlo y muchos ni quieren ni hablar de ello. En realidad, la muerte es un tema que inquieta y muchos son los que presienten que tras ella hay algo más, un mundo lleno de vida en otra dimensión. Otros dicen que algo tiene que haber después, que no puede terminar todo con la muerte, que una vida es demasiado corta para tanto que aprender y tanto que ver.
Ya he hablado en otras ocasiones de la muerte, de las personas que ayudan a morir, los acompañantes, psicopompos, pero ahora quiero hablaros de algo distinto. ¿Se comunican con nosotros nuestros seres queridos que han fallecido?, ¿nos avisan de peligros?, ¿hay algo pendiente que les quedó por resolver y están inquietos?, ¿cómo están?, ¿se encuentran bien?, ¿han aceptado la muerte como transición?
Son tantas las preguntas y son tantas las incógnitas que tenemos que, cuando nos ahoga la inquietud acudimos a personas que tienen el poder de contactar con ellos para quedarnos por lo menos tranquilos y que nos expliquen que hay…, qué mundo es ese de “la vida después de la vida”. Esas consultas con gente que conecta con el más allá (médiums, chamanes, videntes, brujos, sensitivos…) ha existido siempre y, además hay libros muy buenos que nos cuentan experiencias cercanas a la muerte como por ejemplo; Vida después de la vida de Raymond Moody,Reencarnación, Lazos de amor de Bryan Weiss, Vida después de la vida de Elisabeth Kübler-Ross etc…, como también películas que se han acercado mucho a lo que es el proceso de la muerte y su transición. Pero bien, ahora están en auge programas televisivos en los que una médium se pone en contacto con el mundo espiritual y habla con las personas fallecidas. El médium percibe los mensajes del fallecido y lo comunica al familiar.
El familiar en cuestión percibe una sensación conocida, se emociona al escuchar esos detalles que sólo él sabía, se asombra, recuerda, y confirma con ello que esa comunicación es certera, no tan sólo por las narraciones puntuales , sino por la sensación y el halo que envuelve ese momento, quedando entre asombrado unas veces y otras aliviado, pues necesitaba saber o más bien, que le confirmaran lo que ya presentía.
Son muchos los casos en los que la muerte llega de repente y no da tiempo a despedirse, en esos casos, que te hagan sentir que todo está bien es un gran bálsamo para el espíritu.
Hay muchas personas sensibles que perciben a sus seres queridos fallecidos muy cerca, tal vez por su recuerdo insistente en un momento dado, quizá algo muy sutil nos evoca su presencia, como un perfume, o lo percibimos en la quietud, al leer un libro, quizá al escuchar cierta palabra o frase que solía decir…
Esas sensaciones no son tonterías, son nuestros seres queridos que nos tocan el corazón, nos susurran al oído, nos acarician, y en muchas ocasiones caminan con nosotros acompañándonos. Muchos de ellos se convierten en nuestros guías amorosos, ellos nos alientan, nos ayudan. Nunca estamos solos.
La comunicación con los desencarnados es real y muchos de nosotros lo sabemos, aunque existen ciertas precauciones que el médium tiene que saber sortear, para que la comunicación sea como tiene que ser.
El hombre tiene que silenciarse, detenerse. Todos estamos edificados para poder sentir, ver , oír y comprender cómo funciona la vida espiritual y los misterios que encierra el infinito. Cuando digo silenciarse lo digo en el más amplio sentido de la palabra, silenciar tu mente, sintiéndote uno con el todo y haciendo el vacío para poder percibir la existencia de la vida y de la muerte.
Por el contrario siempre queda el escepticismo de muchos que siempre está ahí y piensan que eso es pura sugestión o habilidad en leer el campo áurico...
Artículo del libro Ser de Luz- Los escritos de Luhema.
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