LA TRAMPA DE LOS QUEHACERES

Por ser éste un mes en el que se nos rinde homenaje, aunque yo no soy muy partidaria de esto ya que todos los días son días de rendir amor, gratitud, respeto y reconocimiento no sólo a la mujer, sino a  todo y a todos como humanos y como habitantes de este precioso planeta Tierra,  he pensado que sería bonito recordar ciertos artículos , una pequeña recopilación de mi trabajo  que iré publicando día a día durante  esta semana. No obstante si quieres profundizar más, puedes entrar aquí>>ENERGÍA FEMENINA

Luhema

No se nos pide que vivamos la vida de otra persona, pero a veces lo hacemos…

No se nos pide que somaticemos el dolor de otra persona, pero parece que así aliviemos el sufrimiento ajeno.

No se nos pide que salvemos el mundo, pero muchas veces nos sentimos héroes salvadores.

No se nos pide que seamos exigentes con nosotros mismos, pero hay que ver la presión que ejercemos sobre nosotros.

No se nos pide que constantemente estemos preocupados, por la familia, por el trabajo, por los hijos, por lo que sea…Pero si no andamos con cuidado podemos hacernos adictos a esto.

No se nos pide que guardemos las apariencias, y hay que ver cuánta energía gastamos en esto.

Nadie nos exige, nadie nos pide que... Cuando somos demasiado exigentes, demasiado perfeccionistas, cuando nos dejamos martirizar, cuando fingimos ser una fuente inagotable de…, perdemos de vista nuestro ser esencial, nuestra alma. Quizá no nos hayamos dado cuenta que estamos oprimidos con todos estos sinsentidos; que son hijos nacidos de la unión con nuestro ego, y que pagaremos un precio muy alto por esto. Todas estas actitudes nos mantienen cautivos y nos sumergen en el olvido de lo real de nuestra propia esencia, no dejándonos la opción de atender el estado de nuestra alma “animus”

Veamos por tanto, que para que todo fluya lo que tenemos que hacer simple y llanamente es vivir “nuestra propia vida”, y esto ya es más que suficiente. Puedes pensar que éste es un gesto egoísta pero no, esto es concederse el privilegio de vivirse sin apegos, despojados de trampas que contaminan los estados de tu mente. Recuperar nuestra vida hará que nos convirtamos en sanadores/ ayudantes y eso hará que nuestra comprensión y actitud hacia los demás, hacia todas las circunstancias de la vida se vuelvan edificantes y no, limitativas.

©Luhema