No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Qué me ha enseñado este día.
(Foto de Sarah Ann Loreth)
Al acabar un día y cuando
estamos en el silencio de la noche antes
de ir a dormir, deberíamos reflexionar
sobre cómo ha ido nuestra jornada o por lo menos cómo nos hemos sentido
a lo largo del día. No tan sólo pensar
en lo que nos ha sucedido y juzgarlo, buscar culpables, excusas, etc…, sino adentrarnos en “cómo hemos sentido”, porque
ese análisis consciente es el maestro silencioso que nos dibuja la realidad de
nuestro cuerpo emocional, la forma en la
que nos perciben y percibimos la vida y, marca el trabajo que tenemos que hacer para elevar nuestro nivel de
consciencia, abrir el corazón y dejar de repetir los mismos patrones de
sufrimiento una y otra vez.
Piensa en esto: ¿Hoy me he sentido feliz? ,¿ le he sacado
una sonrisa a alguien? ¿Me he
enternecido? ¿Me he parado a escuchar a alguien que lo necesitaba?, ¿he sentido
algún momento aunque sea pequeño de alegría? ¿he podido empatizar, ponerme en
el lugar del otro?...
Te hago esta reflexión porque cuánto más profundo, más
aquietado y más serenamente te adentres en lo que sientes durante el día … más
matices y autenticidad le verás a la
vida.
Que tengas una buena reflexión y buenas noches
©Luhema
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