No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
SÓLO SE PUEDE HABLAR DEL SILENCIO CUANDO LO HAS CONOCIDO.
Pero esto no es un condicionante, amigos.
Poetas, artistas, escritores y todo tipo de creativos han
hecho mención al silencio. Hay tantísimo escrito sobre el silencio que desde
luego no voy a volver a incidir en todos los tópicos sobre el silencio. Mi aportación a esta revista siempre la he
basado en experiencias propias sobre los viajes, viajes unas veces de trabajo,
otras de placer, y si hay una controversia sobre el silencio es en los viajes,
porque desde luego que hay silencios, los hay. Silencios dentro de una
algarabía, de un trajín de ir y venir …, silencios espirituales, silencios
reflexivos, silencios en las gentes, silencios en las miradas, silencios en
alma …
No he tenido que pararme a pensar mucho para escoger un
lugar en el que de verdad pude conocer el silencio, porque para hablar del
silencio hay que conocerlo. Pero resulta que el silencio nunca es tal señores,
cuando el silencio se silencia entonces comienza a aparecer su lenguaje, su
escritura, su sonido, su imagen, su dimensión extraordinaria…
¿Dónde podéis creer que tuve una experiencia vital sobre el
silencio que me marcó hasta hoy día? ¿En qué lugar de este planeta puedes adentrarte
en ese espacio, en esa senda silenciosa si se puede decir que hay un lugar para
ello?- Seguro que tú tienes en mente ese lugar especial en el que puedes
encontrarte con el silencio, que puede que sea
en medio del bosque, en el mar, en lo alto de una montaña, en la
profundidad de una caverna, y si me apuras inclusive podemos imaginarnos en el
espacio cósmico donde podemos idear el
más absoluto de los silencios. Aunque el silencio también está asociado a una
actitud consciente, a un ejercicio de contemplación, de meditación, a un estado
Zen.
Os voy a hablar de mi lugar especial. He experimentado esa
sensación de vacío silencioso, de silencio interior en muchos rincones que he
visitado, y aunque no lo creáis hasta en medio de una gran multitud de gente.
En su día aprendí a evadirme en momentos puntuales cuando no puedes más de
tanto ruido externo y también interno, y me pasa algo muy curioso cuando entro
en lugares sagrados y, es que el murmullo comienza a difuminarse e irrumpo en
un estado de silencio interior abriéndome a las percepciones del lugar , y eso
es para mí una forma de silenciarme que no tiene comparación. Pero a lo que
iba, que me voy del tema. Si hay un lugar especial dónde el silencio cobra una
dimensión diferente es dentro de la gran pirámide de Egipto, concretamente en
La Cámara del Rey. Una experiencia intensa, tanto que sobrepasa la barrera del
silencio y que un día os contaré.
Os puedo asegurar que no supe del hermano silencio hasta que
no me aventuré a vivir una experiencia en pleno desierto de Matmata a las
puertas del Sahara junto a los hombres y mujeres del lugar.
"Sobrevive al
silencio del desierto" decían, porque aunque no lo creáis, en el
desierto hay un silencio aterrador si
bien subyace una vida increíble porque hay un sinfín de ruidos y de siseos que
te mantienen en un estado de alerta y desconocimiento de lo que está ocurriendo
bajo la arena. ( Sólo los Tuaregs
conocen el lenguaje silencioso del desierto). Y esa, y justo en ese lugar, fue
una de las experiencias más intensas que sentí sobre el silencio.
.Luhema©
Así con esta
intensidad, cuando estaba más perdida, cuando más lo necesitaba llegaron estas
sabias palabras a mi vida y tiempo después, escribí sobre esta experiencia.
Quizá sea porque caminar bajo el sol del crudo desierto
invita al recogimiento, al silencio, a la contemplación de uno mismo dentro del
mundo, a caminar desprendido sin acarrear más peso que el necesario, tal vez
sea por eso que el alma noble sale al encuentro de uno mismo.
Posiblemente todos nosotros en el vasto enjambre de la
ciudad nos perdamos en nuestra vida
porque nos distraemos con demasiadas cosas.
En realidad nos perdemos dentro de nosotros mismos, dentro de nuestras
carencias, de nuestras creencias, de nuestros deseos, invadiéndonos los
espejismos.
Necesitamos llenarnos de silencios y colmarnos de aire puro para respirarnos y
conocernos dentro de la fina arena del tiempo. Necesitamos mirar el gran manto de la noche, contemplar
la luz de las estrellas que harán
que no perdamos el rumbo de nuestra vida. Necesitamos salir al encuentro
del hombre noble que habita en nosotros.
Y JUSTO EN ESE LUGAR
Y DESDE MI EXPERIENCIA CONOCÍ EL SILENCIO.
(Relato)
Dicen que allí, justo allí, el silencio habla, los latidos
del corazón se escuchan como melodía, los ojos se cierran para ver lo verdadero
y que el guerrero del alma abre una puerta para presentarte a aquel que todavía
desconoces y este personaje te sacude del letargo y que fielmente te coge de la
mano para siempre.
Pero antes me dijeron
que tendría que enfrentarme con mi mayor
enemigo, yo mismo, mis silencios , mis miedos y mis heridas
burbujeantes.
Dicen que en ese lugar, justo allí corre extrañamente una
suave brisa que enjuaga tus lágrimas del alma y cicatriza las heridas de tu corazón,
dicen…, eso dicen.
Dicen que las voces que trae el viento giran a tu alrededor
para que la luz salga de su escondite.
Dicen que en la mañana también aparecen las estrellas para
que no te pierdas más en las noches oscuras del alma.
Dicen que el silencio se respira, te alimenta y pierdes el miedo a vivir.
Dicen que allí el amor te hace...
Y sí, yo abrí los
ojos en ese lugar y vi, vi a través de mi corazón y a través de mis sentidos, y
a través de todos los poros de mi piel y ya nada fue igual.
Afirmo que desde allí sucede todo eso, emprendes el viaje de
regreso a tu corazón, el viaje de
los viajes, el regreso al hogar. El reencuentro con el
silencio. Mi hogar.
©LUHEMA
ENCUENTRA JUSTO ESE LUGAR, ENCUÉNTRALO.
ENCUÉNTRATE CON EL
SILENCIO
Artículo publicado en la revista "Letras y Algo Más" del mes de Abril.2015
PD: Las fotos son de mi autoría y están hechas en Matmata,
en las dunas de Gafsa y en lago Chot-el-Jerid, y por cierto aunque no lo
parezca porque el Sol estaba escondido, estábamos rondando los 48 grados
centígrados.
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