No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Ámate mucho.
Porque amarse mucho no es sinónimo de ser egoísta, no. Cuando
uno se ama se abre al mundo, se siente bien y desea que los demás tengan esa
misma sensación. Amarse no por encima de
los demás, sino frente a frente.
Cuando uno se quiere, se es
uno mismo a pesar de que le critiquen, le juzguen, y lo mejor de todo
no se finge ser otra persona.
La persona que se quiere no busca desesperadamente que la
amen, no mendiga ratitos de compasión, ni hace del victimismo su aliado. La persona
que se ama sabe salir más rápidamente
de los fracasos, de los desencuentros, de las pérdidas , porque la relación de
amor con uno mismo es lo que le hace encontrarse con su ser más elevado que le
indica, que le guía que le lleva de la mano hacia la humildad, la comprensión y
la compasión.
Porque amarse mucho es entender que la vida está en ti para
que te expreses.
Amarte es dejar ir.
Amarte implica,
aceptarte tal cual eres.
Amarte implica no juzgar el comportamiento que los demás
puedan tener contigo.
Amarte implica dejar de buscar maestrillos y aprender de tus
propias experiencias.
Amarte comporta darte tiempo para descansar en lugares
sagrados,
aunque estos lugares estén en tu hogar.
Amarte es saber disfrutar de lo pequeño, de lo cotidiano y
respirarlo.
Amarte es vivir con gratitud.
Amarte es no hacerse daño a sí mismo con pensamientos,
con
ataduras, cuidando tu cuerpo , que es la morada en dónde vives.
AM-ARTE ES EL ARTE DE ABRAZAR TU SOL INTERNO.
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