No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Buda dijo en una ocasión que; sobre lo que reflexionamos repetidamente se convierte en la tendencia para nuestra mente. Así que cada vez que respondes con amargura ante lo que te sucede en la vida, cada vez que aborreces a tu destino, refuerzas la tendencia a volver a responder de esa misma manera.
Amar tu destino no significa que no puedas hacer nada para cambiar las cosas en tu vida.
Amar tu destino significa aceptar que la vida tiene amargos y dulces momentos y aun con éstos, debes abrir tu corazón. Cultiva la benevolencia hacia ti mismo, hazte ese favor.
No aceptes tu destino por resignación, sino por amor. Tu destino sale a tu encuentro con el propósito de que te eleves por encima de él, te fortalezcas en el espíritu y creas en las posibilidades de tu alma.
©Luhema
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