No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
ENSEÑANZAS DEL SAHEL
En nuestro desierto de los días, en nuestro desierto deambulando por metrópolis, inclusive en el desierto de la propia soledad, existe un oasis que saciará nuestro exilio.
Sabiendo dónde se encuentra el manantial de nuestro interior, podremos seguir el curso de nuestra vida.
Hay muchas cosas que aprendí de los hombres y mujeres nobles del desierto, de los hombres libres, pero una muy directa que me enseñó el Sahel, y fue a seguir adelante y confiar …, porque en cada desierto hay un oasis.
¡Encuentra el tuyo, encuentra tu oasis!
LUHEMA
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