No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Como en esta estancia del museo no se pueden hacer fotos, la busqué en Internet y os dejo la fotografía de Salih Zeki Fazlıoğlu - Agencia Anadolu en la que se ve la vara de Moisés.
Hoy quiero hablaros un poquito de la supuesta vara o cayado de madera de Moisés que pude ver y que se encuentra en el Museo Topkapi en Estambul, en el que también se conservan otras reliquias sagradas especialmente las atribuidas al Profeta Islámico, Muhammad. (Como su arco, su espada, su huella, e incluso un diente.) Se dice que el sultán Selim I (1512 - 1520) trajo las reliquias sagradas al Palacio de Topkapi después de conquistar Egipto en 1517.
La vara sirvió a Moisés para algunos prodigios en favor de su pueblo; de ella se valió para separar las aguas del Mar Rojo cuando el pueblo de Israel huía perseguido por el ejército de Faraón; con ella golpeó la roca de Horeb e hizo brotar agua cristalina para apagar la sed de los israelitas entre otras cosas.
La primera referencia al bastón se encuentra en el Libro de Éxodo (Capítulo 4, versículo 2), cuando Dios se apareció a Moisés en una llama de fuego en medio de un arbusto. Dios le preguntó a Moisés qué tenía en su mano, y Moisés respondió «un bastón». El palo milagrosamente se convirtió en una serpiente y luego volvió a ser un palo y en lo sucesivo también se la conoció como «la vara de Dios o el bastón de Dios»
Hay mucha especulación sobre lo que le sucedió al bastón de Moisés. Pero también si Moisés existió en realidad o no. Moisés es el protagonista de una de las mayores epopeyas jamás contadas. Ocupa un puesto central en los libros sagrados del cristianismo, el judaísmo y el islam. Pero ¿qué sabemos de este personaje? Muy poco. La arqueología no demuestra su existencia, la estancia en Egipto de esclavos hebreos ni su huida a través del desierto.
Que interesante! Eres afortunada de haberla visto en el Museo! Hermoso tu texto.
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