No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
En más de una ocasión me he preguntado si la vida nos cambia
en algo cuando tenemos un disgusto, pasamos una mala racha, somos víctimas de
algún abuso físico o moral, o ambas cosas a la vez… Aun así me pregunto si todas las
consecuencias y todas las circunstancias que nos golpean emocionalmente sirven
de algo, nos transforman realmente, o simplemente nos balancean como una peonza
para caer de nuevo en el hoyo de nuestras convicciones o en el de nuestros
dogmas.
Tengo claro que muchas veces nuestros cimientos se remueven,
pero el miedo nos paraliza, siendo
incapaces de transformar ese miedo, o la ira contenida en amor y la frustración
e impotencia, en acción.
Y bien, ¿la vida nos cambia?- No, la vida no nos cambia, somos los mismos,
aunque puede qué tras un golpe de infortunio en el que se ha tenido que lidiar con emociones muy fuertes se vean
las cosas de distinto modo.
Hay personas extremadamente sensibles que no han sabido
encajar bien los golpes de la vida e inconscientemente se protegen tras una
coraza que les endurece el corazón porque no pueden permitirse sufrir más, ya
no les cabe más dolor. Muchas veces he oído decir, “la vida me ha traído tantas
lágrimas, que ya no puedo derramar ni una más” “se me ha secado el corazón" y es así de real,
justamente hay un bloqueo de su chakra corazón, una herida tan profunda que el
corazón se rasga a nivel sutil.
Cada vez que estemos pasando por un momento crítico en
nuestra vida, preguntémonos el para qué,
en vez del por qué me sucede esto a mí
…
“El por qué a mí”, nos
lleva a un estado de victimismo, pero si
nos preguntamos para qué, comenzaremos a descorrer el velo de nuestro
aprendizaje que nos acercará al conocimiento de nosotros mismos.
Tienes que alcanzar un estado de conciencia en el que puedas
permanecer desapegado de todo. Únicamente se puede evolucionar cuando de cada una de las pruebas
que nos pone la vida extraemos su
esencia y sentido.
Cuando alcances un estado de consciencia en el que nada te ate,
en el que nada te haga perder tu centro, podrás desapegarte para comprender. Sin comprensión no hay evolución, y para que podamos comprender tenemos
que tener una visión más amplia de las cosas, escucharnos, observar, meditar,
silenciarnos, desapegarnos, espaciarnos. Y sobre todo querernos.
Si decides sentir toda tu frustración, todo el dolor, toda
la intensidad de emoción con la que te enfrentaste, está bien, es una forma de
mirar cara a cara tu oscuridad, pero hazlo sin querer buscar culpables. Desde ese momento, sucede una magia, una
alquimia, dejas de detener el tiempo y avanzas. Mueres al ser que fuiste y
naces al ser que eres y te transformas.
La vida te da la oportunidad de transformarte en un ser con
una consciencia unificada. Y eso sí que es cambiar.
©Luhema
Comentarios
Publicar un comentario