No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
No sirve de mucho, prácticamente de nada, el apuntar con el dedo.
Ahora sabemos cuándo hay un lobo disfrazado con piel de cordero. Ahora vemos con los ojos del alma e innatamente se sabe todo, y eso modifica los patrones. Por lo tanto lo que te afecta a ti, porque reconoces, afecta al otro y llegará el momento en que nadie más pueda ocultarse tras una apariencia engañosa. No podemos quedarnos atrapados entre la política y la inercia de la negatividad.
LUHEMA
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