No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
¡Respiren con más amor, aún más, si ven que no han quedado embarazadas todavía!
Desde la conciencia despierta de la Diosa, desde el fondo de la mujer creadora totalmente abierta para recibir la luz y co-crear vida para este planeta, les digo que su útero, recipiente sagrado, está listo para en el momento oportuno recibir el pulso de un nuevo corazón. Pero si esto no sucede, si una vida no es formada en su vientre, su tarea sigue siendo co-creadora, tejedora silenciosa, nutricia y fértil, sigue siendo torrente de energía.
Muchas mujeres se desploman en tristeza cuando intentan quedarse embarazadas y ven cada mes su sangre menstrual, la temen, la llegan a odiar, lloran…, pues es claramente la visión de que un bebé no fue concebido.
¡Mujer joven!, la sangre menstrual siempre es un regalo, no un desperdicio de sangre, no es un fracaso, es un presente que portáis a la Tierra. Y es un regalo en el sentido literal, así como un regalo psíquico para vosotras mismas. Es vuestro código, es vuestro registro, es vuestra ancestralidad que fertiliza y os une más con la madre naturaleza, con la fuerza primigenia. La sangre menstrual os abre la barrera que os separa entre los dos mundos, es lo que suscita secreto y vosotras pensáis que es algo incómodo y sin embargo es el momento ideal para interiorizar, aquietarse, meditar y unirse con los ciclos y las mareas lunares, esos días pensáis de forma diferente, recodáis los sueños, se os ocurren nuevas ideas, proyectos, se baja el ritmo de la exigencia y se produce un sentido más femenino de la existencia. Es la mayor fuerza, comparable al trance chamánico. Y después, viene la renovación, lo viejo murió y habéis limpiado el cuenco fértil para volver a generar un nuevo proceso.
Tienen que saber que si no se forma una vida en su vientre, su sangre fertiliza toda la Tierra.
Os llamo a reconciliaros con vuestra sangre, que os permitáis sentir qué emociones llegan y por supuesto que os contempléis en ese proceso de renovación cada mes, aceptando vuestra feminidad y dándoos cuenta de lo que significa vuestra vida, “el estar vivas”. Y durante los días de sangrado preguntaros y también escucharos, ¿por qué no he quedado embarazada?, ¿por qué he tenido un retraso? ¿La causa de mi dolor menstrual es debida a cómo he estado emocionalmente este mes? …
Desde la inspiración de lo femenino que hay en cada mujer, desde la diosa que existe en cada una de vosotras, es momento de conoceos en profundidad, de conocer lo que os pasa, de saber de todos vuestros procesos y etapas en la vida, de reverenciar vuestra feminidad y hacer las paces con ella.
Porque menstrúo, porque mi sangre al igual que la vuestra es sagrada.
Desde mi Diosa interior a vuestra Diosa interior. Luhema.
*Foto de aflora mujer luna
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