El aroma de los libros… Hoy, cuando entré en mi despacho, encontré que el ambiente olía a flores y almendras, como si allí hubiese estado toda la noche una persona que perfumada de vainilla y mil flores dejó su rastro. Pero también se dibujó en mi mente la fascinación envolvente de la lectura, y es que, no sé si sabíais que los libros despiden un aroma particular. Seguro que si eres amante de ellos te gusta el olor a imprenta que desprenden cuando recién los hojeas. No obstante, son los libros con solera, los más antiguos, los que liberan moléculas aromáticas como el benzaldehído que su esencia se asemeja a las almendras y la vainillina que huele a vainilla. El etilbenceno y el touleno, que le dan un toque dulce, o el 2-etil hexanol de aroma ligeramente floral. Si las páginas de un libro son de algodón o de lino, el aroma surge del furfural que también huele a almendras dulces. Es a habitual ver en librerías antiguas libros cuyas hojas están amarillentas, esto es debido al paso d...
Existen épocas en que estamos estancados, la vida parece no cambiar, la alegría no llega, la abundancia económica tampoco, ni el trabajo, y la salud está resentida, y todo parece que está en nuestra contra, pero el velo del olvido nos impide reconocer que todo fue negociado antes de la encarnación para superar aquello en lo que estamos atrancados, repitiendo y repitiendo situaciones que inclusive vienen del pasado.
Salir de ahí supone un desafío en toda regla, porque requiere de un cambio de actitud, un cambio en nuestras emociones y un re quebramiento del sistema de creencias que está incrustado en nuestra mente y que nos impide el tener la fluidez para soltar el cuerpo del dolor y dejar que sane. Pero para poder conseguirlo, para poder dejar de resonar con tu propio dolor contamos con las emociones que sentimos o que nos generan las personas que se relacionan con nosotros, y ahí se encuentra la clave. Es curioso, pero uno siempre negocia con quién aliarse antes de encarnar para que nos sirvan de detonador de nuestra consciencia. Nuestros padres, la pareja, los hijos, el jefe etc…, todos hacen de espejo de aquello que tenemos que reconocer, tenemos que experimentar, que tenemos que sanar y que tenemos que transmutar, mostrándonos nuestra parte más profunda y oscura y también nuestro halo más luminoso.
El velo del olvido nos impidió durante mucho tiempo que supiéramos esto, pero ahora ya no hay excusa para seguir anclados a la sensación de víctimas, a la tensión emocional, al miedo, a la manipulación sea cual sea la forma en la que se presente. Ahora reconocemos este acuerdo y sabiéndolo tenemos que crear consciencia en nosotros cada vez que nos sobreviene una situación complicada o a superar. Recuerda que antes de encarnar siempre se esboza la forma más adecuada para reconocer tu propia oscuridad. Cada uno juega su papel. Tú también cumples el mismo requisito para con los demás, así que reconoce que esto es un acuerdo para que al final acabes con las tragedias, deshagas todo rastro de culpa y trasmutes el miedo en consciencia, el miedo en amor.
©Luhema

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