El aroma de los libros… Hoy, cuando entré en mi despacho, encontré que el ambiente olía a flores y almendras, como si allí hubiese estado toda la noche una persona que perfumada de vainilla y mil flores dejó su rastro. Pero también se dibujó en mi mente la fascinación envolvente de la lectura, y es que, no sé si sabíais que los libros despiden un aroma particular. Seguro que si eres amante de ellos te gusta el olor a imprenta que desprenden cuando recién los hojeas. No obstante, son los libros con solera, los más antiguos, los que liberan moléculas aromáticas como el benzaldehído que su esencia se asemeja a las almendras y la vainillina que huele a vainilla. El etilbenceno y el touleno, que le dan un toque dulce, o el 2-etil hexanol de aroma ligeramente floral. Si las páginas de un libro son de algodón o de lino, el aroma surge del furfural que también huele a almendras dulces. Es a habitual ver en librerías antiguas libros cuyas hojas están amarillentas, esto es debido al paso d...
Muchas veces al pronunciar palabras se pierde el respeto, se sobrepasan los límites. Se ofende sin pensar, se juzga sin conocer, y se critica de mismo modo. Uno parece siempre tener la razón y el ego va cobrando vigor.
De ahí que; piensa antes de pronunciar palabra alguna, serás
mucho más feliz, y evitaras herir los corazones de los demás, ten la certeza que la energía que pones en tus palabras, que
lanzas al universo, te será devuelta, retornará ti.
Pienso que es importante para la propia salud mental, saber cuándo
hay que hablar y cuándo hay que callar, como también cuando gritar, o decir basta ya.
Dice un proverbio indígena, que hay que tener cuidado cuando
se habla, porque con las palabras se teje un mundo a nuestro alrededor.
Así que comienza a ver qué tejido hay a tu alrededor y si no
te gusta empieza por cambiar tu forma de expresarte ante el mundo.
©Luhema
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