No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Muchas veces al pronunciar palabras se pierde el respeto, se sobrepasan los límites. Se ofende sin pensar, se juzga sin conocer, y se critica de mismo modo. Uno parece siempre tener la razón y el ego va cobrando vigor.
De ahí que; piensa antes de pronunciar palabra alguna, serás
mucho más feliz, y evitaras herir los corazones de los demás, ten la certeza que la energía que pones en tus palabras, que
lanzas al universo, te será devuelta, retornará ti.
Pienso que es importante para la propia salud mental, saber cuándo
hay que hablar y cuándo hay que callar, como también cuando gritar, o decir basta ya.
Dice un proverbio indígena, que hay que tener cuidado cuando
se habla, porque con las palabras se teje un mundo a nuestro alrededor.
Así que comienza a ver qué tejido hay a tu alrededor y si no
te gusta empieza por cambiar tu forma de expresarte ante el mundo.
©Luhema
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