No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Os quiero hablar de este tema porque sigo encontrándome con personas que me comentan que necesitan el apoyo de su círculo más próximo para seguir adelante, que sí, que lo tienen, pero no como les gustaría y por eso sienten que en ese aspecto no se consideran del todo reconfortados .
Lo cierto es que todos necesitamos apoyos en la vida, además eso nos aporta confianza y nos ayuda a superar nuestros temores y ansiedades. Y además nosotros; todos, nos necesitamos como sociedad para evolucionar y para avanzar. Ahora bien, también es bueno saber caminar solo, y me explico.
No podemos delegar y confiar que siempre contaremos con una mano amiga que nos sacará de un apuro, porque si es así, nos llevaremos una gran decepción y no aprenderemos de la vida.
Quizá a la persona que le pides que te ayude también está pasando por un momento crítico y no esté en el mejor de sus momentos para hacerlo ¿Habías pensado eso?
Quizá esa persona esté cansada de ver que no haces nada por ti, que te has acomodado y se haya planteado con todo el amor del mundo ver hasta dónde eres capaz de llegar para salir de donde estás.
Tener a personas cerca que te echen una mano es importante, pero también lo es saber que tú puedes conseguirlo por méritos propios. Debes confiar en ti, e intentar solucionar tus problemas y la mejor de las maneras para hacerlo comienza por ser flexible y para ser una persona flexible te has de convertir en una auténtica fábrica de nuevas opciones.
Otras veces no podemos hacer nada de lo que nos proponemos por ejemplo, llevar nuestros sueños a la realidad porque necesitamos que alguien crea en nosotros. Y esperando, esperando, se desvanecen nuestros proyectos, porque la aprobación de los demás, no es el detonante externo que nos debe motivar. El desencadenante para que se logren nuestras ideas somos nosotros mismos y nuestras ganas y empeño por conseguir lo que nos proponemos. Hay una frase que dice: “El agua hace más por su constancia que por su fuerza” Cuanto más lo intentes, mejor lo harás. Así que en lugar de preocuparte y de esperar aprobaciones ponte en marcha.
En la vida necesitas a alguien que crea en ti, que te dé valor, que te ame y que quiera verte feliz. Pero como nadie va estar contigo para siempre, es bueno que ese alguien seas tú mismo.
Pasamos demasiado tiempo pensando " si ", " pero ", " lo haré bien ", " haré daño”. Con mil dudas, miedos, temores...
Y mientras tanto, la vida se nos resbala.
Intenta saltar antes de que sea demasiado tarde, tal vez descubras que en vez de caer, aprendes a volar.
©Luhema
Comentarios
Publicar un comentario