No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Ayer tuve la necesidad de ir en busca de mis runas y encontrar una respuesta. Muchas veces acudo a ellas porque la verdad sea dicha, me hablan muy clarito marcándome siempre un camino a seguir que me es de mucha utilidad, pero aparte de eso, entre líneas puede captar uno de esos mensajes que va más allá y me hizo pensar, y os explico las palabras que sobresalieron del mensaje y que atrajeron mi atención como si estuvieran escritas en negrita, y fueron estas: CONOCIMIENTO, IGUAL A COMPRENSIÓN.
Y estuve dándole vueltas a este asunto.
Conocimiento. Comprensión. Las dos se refieren a una acumulación de pensamientos y por supuesto de sentimientos y experiencias, es más, también se refiere a todo lo que hemos aprendido en base a nuestra experiencia vital y también con el estudio, investigación y la observación.
El conocimiento es la acumulación de hechos y datos que se han aprendido en base a la experiencia, pero no existe una única definición y sí muchas perspectivas, incluidas la filosofía en función del entendimiento.
La comprensión no racional para mí, conlleva a una apertura de la mente, es la percepción más profunda y clara de la vida y con una visión más amplia de cómo se entrelazan las cosas.
Si el conocimiento es información, la sabiduría es la comprensión. Un concepto que desmonta muchos patrones de creencias, pero así lo pienso yo. De hecho todo se transmuta en comprensión —sabiduría— cuando podemos percibir o somos capaces de sentir todo el conjunto de una situación, de una experiencia, desde un punto más elevado. La comprensión despliega todo un abanico de fraternidad y ofrece el recurso terapéutico apropiado porque no adhiere ni rechaza. La comprensión requiere de atención, de transformación y eso seguro que te llevará a ser más bondadoso para contigo y ese es un momento alquímico.
©Luhema
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