No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Muchas más veces de lo normal hemos dicho «estoy bien» para no preocupar a los demás, para no contestar a preguntas, para no explicar nuestro dolor y porque quizá, se esté harto de sufrir una situación que parece que no tiene fin y, explicarla de nuevo, es volver a traer a la mente el problema, no haciéndonos ningún bien. Probablemente, esa expresión es un mecanismo que nos ayuda a minimizar ante los demás y ante nosotros, las situaciones complicadas. Pero muchas veces cuando escuchamos ese, estoy bien, al mismo tiempo que nos consuela, nos está susurrando que algo no anda bien.
Si eres testigo de esa expresión, si ves en el semblante ajeno ese sufrimiento, aunque te diga: estoy bien, respétalo, no insistas, porque seguramente esa persona esté librando una batalla interna, y todo requiere de un tiempo, ya que quizá, ese estoy bien sea su refugio.
©Luhema
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