No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Cuánto daño nos puede hacer nuestros propios pensamientos y patrones emocionales cuando estos se vuelven obsesivos…
Uno de nuestros mayores problemas es que seguimos acarreando problemas y pensamientos que nos pesan demasiado, vamos hasta los topes de patrones que generan sufrimiento, pero lo mejor de todo es que nos cuesta desprendernos de ellos porque se han convertido en nuestra forma de vivir, no sabemos hacerlo de otro modo, así que, sobre nuestras espaldas no solo cargamos con el dolor que las emociones nos producen, sino con unos esquemas de pensamiento que todavía hacen más pesada la carga. Hasta que nos damos cuenta «de algo» que hace de alarma, hasta que decimos; ¡ya no más!,…hasta que reconocemos cual es el pensamiento que nos genera dolor y lo comprendemos y lo transmutamos en paz, entonces es cuando ocurre el alivio y vamos descargándonos del peso del dolor ya que dejamos de identificarnos con las situaciones que nos perturban.
©Luhema
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