No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
ARQUETIPO. EL LOCO.
La vida es un gigantesco juego en el que vamos evolucionando entre el orden y el caos. Esta carta que veis aquí es la denominada carta del loco en el tarot, pero yo me pregunto. ¿Cuántas veces nos hemos comportado así, con esta actitud que nos muestra la carta del loco?. Seguro que muchas más que las que reconocemos.
Carl Gustav Jung ya nos hablaba de estos arquetipos que adoptamos según en qué momento y en qué situación nos encontremos.
Hoy quiero hablaros de la figura del Loco Nº 0 del tarot, veréis como no está tan lejos de alguna conducta que hemos utilizado o por la que nos hemos movido alguna que otra vez, así que no os sintáis ofendidos por este concepto que quiero contar.
Los arquetipos que vamos utilizando a lo largo de nuestra vida, no muestran nuestra verdadera identidad ya que no es más que una máscara que nos ponemos y quitamos según sea el medio social, cultural, religioso, o momentáneo en el que nos desenvolvemos. Esto hay que tener claro: Tú no eres el arquetipo que utilizas, pero en el juego de la vida es muy difícil jugar sin uno de ellos, sin arquetipo alguno, aunque se puede llegar a vivir fuera de arquetipos en muchos momentos, pero esto, o esta actitud quien más la consigue son los santones y ermitaños que se apartan del mundo para vivirlo dentro del espíritu más elevado.
Este arquetipo tiene la capacidad de abrir las puertas a lo desconocido y a las aventuras nuevas que parecen insólitas, o absurdas según para quién. Con esta actitud, la del loco, que se adopta en ciertas ocasiones, hasta se puede sentir uno discriminado y se puede percibir perfectamente esa sensación que se siente cuando se es tachado de irresponsable ante las conductas que todo o casi todo el mundo adopta. Pero cuando uno adquiere esta actitud del loco con responsabilidad, es porque se necesita, ya que hay momentos en los que evadirse de ciertas cosas hace que se tome el camino correcto, entonces este arquetipo es utilizado de forma inteligente. Pero si lo que se pretende es olvidarse y no enfrentarse a la realidad de forma seria y madura, se está gestando un gran problema y entonces esta actitud del loco no lleva a ningún sitio, solamente al caos.
Otra lectura de este arquetipo es la que nos conecta con nuestra inocencia, nuestro niño interior que se divierte, con un espíritu curioso y espontáneo, sin preocupaciones, tranquilamente y sin pensar en el qué dirán. Este arquetipo es verdaderamente filósofo cuando se sabe dominar con maestría, ya que se tiene el valor de viajar contra corriente cuando es necesario hacerlo y estar o permanecer fuera de los valores sociales, de los condicionamientos, y de los esquemas preestablecidos.
La parte más caótica de este arcano es cuando se instala este arquetipo indefinidamente en el cuerpo de la mente y no se es capaz de controlar esa excitable manifestación de exaltación incontrolada y autodestructiva y se convierte en una forma irascible de ser. El loco también aparece cuando los nervios nos sobrepasan o cuando una situación parece estar fuera de control o en pleno caos, como también nos aborda cuando algo nos es demasiado grande y no podemos asumir con serenidad una situación o problema.
Artículo de Luhema.
CARTA DE TAROT EGIPCIO; EL LOCO.
El discípulo inició su camino, en solitario, en el momento en que comenzaba sobre el planeta un eclipse de sol. No llevaba ni oro ni armas, tampoco estaba a su lado el maestro para acompañarle a través del maya, pero recordaba la voz: EL DISCÍPULO COMO EL MAESTRO, ESTÁN FUERA DE TODO ORDEN, POR ENCIMA DE TODA LEY. Por el camino algunos de los que le observaban te llamaban loco: los hechiceros y los perros intentaron hacerle variar de dirección para que cayera en un precipicio sin retorno. Su tiempo se media por las lunas y su acción debía guiarse solamente por la dirección y la luz del sol. En una mano llevaba el símbolo de la orden en que había sido iniciado: una rosa de color blanco. Sobre los hombros apoyaba una vara con doble equipaje defendido por su mano izquierda: en el equipaje de atrás guardaba los signos y las claves para no detenerse ni errar en el camino, en el equipaje delantero acumulaba la sabiduría. Sobre la cabeza del loco podía verse este símbolo: un círculo y una cruz en el centro, el signo del planeta donde debía conquistar la vieja serpiente. El Loco no era el Loco, era el discípulo puesto en camino, llamado loco por quienes no habían tenido el valor de emprender la búsqueda alquímica del conocimiento.
*ESTE ARTÍCULO; "ARQUETIPO, EL LOCO" HA SIDO SELECCIONADO COMO DESTACADO DEL MES DE NOVIEMBRE DE 2009 EN "LETRAS Y ALGO MÁS"
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