No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Como amante de la lectura, cuando leo un libro que me parece interesante lo devoro en un par de días, y supongo que a vosotros os pasará lo mismo. No obstante, poco pensamos en el trabajo que hay detrás de cualquier libro. Porque un libro no se escribe en cuatro días. Estructurar las ideas, sostener el interés durante el texto, perfilar, mantener la coherencia, horas de búsqueda o de entrevistas, investigación de campo… Por supuesto, hay días en blanco donde no sale ni una sola letra, o días en los que se destruye todo lo que se escribe.
Yo, por ejemplo, he tenido que dejar textos guardados en un cajón durante meses, reposando como si tuvieran que madurar, pues no había manera de avanzar, quizá me adelanté al tiempo, y un día como si tuvieras una llamada interna, retomas y no puedes parar de escribir.
Bueno y qué decir de mi editora, trabajar conjuntamente es una delicia, pero no os quiero aburrir con mil detalles y anécdotas…
¡Ahora mi obra ya es vuestra, disfrutadla!
Y, cuando leas cualquier libro, tienes que saber que entre todas esas líneas y frases,entre letra y letra, hay escondidos pedacitos de la vida cotidiana de un escritor.
Begoña Beneito
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