No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Los mensajes del agua
Masaru Emoto, cuenta que cuando leyó en un libro que cada cristal de nieve es diferente del otro, supo claramente lo que buscaba. Descubrió con asombro que la forma de los cristales también cambia bajo el influjo de las palabras escritas o dichas. Comparemos un «Gracias» o «Suciedad» formando la primera un bello cristal, la segunda algo sin forma.
¡Una demostración de que el agua registra la vibración de las palabras!
Por medio de fotografías de alta velocidad, el doctor Emoto mostró cómo cambian los cristales del agua congelada cuando se proyectan hacia ellos pensamientos específicos y concentrados.
El ser humano se compone de un 70 por ciento de agua, que se considera la sustancia original de la vida y se atribuye al alma, así que imaginaos cuando por ejemplo, nos hablamos mal, o cuando entramos en conflicto o por el contrario; cuando nos tratamos bien, cuando tenemos paz interior, cómo puede cambiar la estructura de nuestro elemento agua.
Comentarios
Publicar un comentario