No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
¿Te consideras una persona sincera?
La gnosis nos dice lo siguiente: «La sinceridad demasiado a menudo no es más que un cinismo desprovisto de toda caridad».
No te ofendas, esta particularidad es así de real, porque, ¿quién haciendo alarde de sinceridad no ha lastimado con sus palabras al otro, pensando que es por su bien?
Yo creo que muchas veces pecamos de sinceros sin pensar si nuestra sinceridad no está cargada bajo nuestros filtros y opiniones.
Recuerda que la caridad no tiene doble filo, no olvida las flaquezas humanas, ni las necesidades, ni los peligros.
Si la verdad es un bien, incluso uno de los más preciados para el ser dotado de inteligencia, la caridad no puede prescindir de ella, entonces y solo entonces, la sinceridad sirve a la verdad.
Mira, en el antiguo Egipto se celebraba una fiesta en la que se comían dátiles con miel, esta fiesta estaba dedicada al dios Thoth en su honor porque cuando la sinceridad está provista de caridad, DULCE ES LA VERDAD, y esta consigna se repetía para que todos la tuvieran en cuenta.
©Luhema
Muy cierto!
ResponderEliminarUau…y si, es cierto y flagelante para quienes hemos sido cruelmente sinceros; Gracias Bego
ResponderEliminarUau…si es cierto y flagelante para quienes hemos sido cruelmente sinceros. Gracias Bego
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